Pablo
Martínez Vaquero
Artífices
de un original sonido sucio, primitivo y crudo, Desechables rechazó
siempre ser etiquetado como grupo punk a pesar de sus múltiples
connotaciones con aquel revulsivo vital y musical. Su provocativa
cantante, Tere Desechable -dueña de un físico impresionante-
lograba elevar la temperatura libidinosa de los conciertos del trío a
través de una actitud mórbida que se veía rematada por unos textos
plagados de referencias al sadomasoquismo, el satanismo y el terror. Además,
entre otras muchas particularidades, en el grupo destacó la ausencia de
la figura de un bajista, al modo de los norteamericanos The Cramps,
uno de los grandes referentes musicales de Desechables.
Originalmente,
Desechables fue un quinteto originario de la población de Vallirana
(Barcelona) formado a principios de 1981 por cinco jóvenes
adoradores de la estela pre-punk de Iggy Pop: Jordi Solá
‘Dei Pei’, Miguel González ‘No’, Tere González,
Siscu y Jaime. Por aquella época, el primero era el
encargado de aporrear una caja y un plato de una batería, mientras que el
segundo desgarraba confusos acordes de una destartalada guitarra eléctrica,
recayendo en los tres miembros restantes la labor de vocalistas del combo.
Muy poco tiempo después el núcleo inicial se vería reducido a tres
componentes, erigiéndose Tere Desechable –con tan sólo 14 años-
ya como única vocalista y figura principal del trío; algo a lo que sin
duda ayudaron la tremenda energía y el desbordante sex-appeal que
poseía la cantante. Así pues, con un bagaje musical que se reducía a su
condición de espectadores en los conciertos de Ramones e Iggy
Pop celebrados algunos meses antes en Barcelona, amén de
haberse pasado días enteros asimilando las grabaciones de los Stooges,
el trío de Vallirana se lanzó a una vorágine de ensayos que se
vieron repletos de primerizas revisiones de The Cramps.
Desechables
debutó en directo en su pueblo a principios de 1982, y tras
registrar sus primeras maquetas y efectuar algunos conciertos en Barcelona
logró captar la atención de la nueva discográfica independiente Flor
y Nata, que inmediatamente negoció con el trío la grabación de un
primer disco. Pero fue finalmente el sello independiente punk Anarchi
Records quien editaría el debut de Desechables: una cassette
con ocho canciones incendiarias y de ejecución despreocupada que logró
levantar pasiones en el emergente panorama punk estatal. El sello
lanzó una edición limitada a 500 copias que se rápidamente se agotó;
la cinta también llegó a Madrid despertando el interés de los
locutores de Radio 3 y de Esteban Torralva, uno de los
responsables del sello independiente madrileño Tres Cipreses, que
entusiasmado con el salvaje sonido del grupo le propuso la grabación de
un single. De esta forma, en el verano de 1983 se editaría
un sencillo con los temas ‘La oración’, ‘Destruye
y mata’ y ‘El peor Dios’, tres cortes de rock’n’roll
infernal producidos por el crítico musical de la revista Rock Espezial
Jaime Gonzalo con la ayuda de Sabino Méndez, guitarrista
del grupo barcelonés Loquillo y Los Trogloditas.
A
finales de septiembre Desechables se presenta en Lyon (Francia)
como representación española dentro del II Certamen Internacional de
Rock, compartiendo escenario con bandas míticas como Killing Joke.
Su buen papel sobre las tablas, potenciado por las impactantes
escenificaciones de carácter sexual de su vocalista,
procuró que a renglón seguido el trío pudiese hacer lo propio en
París y Rennes. Además, durante aquellas prolíficas
semanas el grupo gestionó la grabación de un LP en directo en la
sala Rock Ola de Madrid, el mismo lugar donde por aquellas
fechas Desechables llegó a participar también en la fiesta del Diario
Pop de Radio 3 junto a Ilegales y Alphaville bajo
el epígrafe de ‘Grupos para el futuro’; pero,
desgraciadamente, su racha de buena suerte tocó fin de una forma
realmente desgraciada; el 23 de diciembre de 1983 el guitarrista
del grupo intentó atracar una joyería de Villafranca del Penedés
(Barcelona) con una pistola de fogueo. Ante la situación, el
ayudante del joyero le disparó desde la trastienda con un arma de verdad
y Miguel murió casi en el acto. Desechables arrastraría
como una carga durante toda su trayectoria la pérdida de su guitarrista.
Como es lógico, la grabación del elepé del Rock-Ola se vio
aplazada sine die, aunque, aprovechando la sesiones registradas de
los conciertos de Francia y la mencionada fiesta de Radio 3
el propio grupo editó seis meses después (ya en 1984) el álbum póstumo
‘Golpe tras golpe’.
Tiempo
más tarde, cuando se cumplía un año de la muerte de su guitarrista, Desechables
volvió a la carga con energías renovadas y rindió cuentas pendientes
con el público madrileño. Para entonces, Marcelo ‘El Enano’,
un hermano de Miguel, ocupaba ya el lugar de éste en el grupo;
además la formación se había ampliado a cuarteto con la incorporación
de Carlos. Los nuevos Desechables se presentaron el 29 de
diciembre de 1984 en la sala Rock-Ola y rescataron ocho
piezas de aquella sesión para ser editadas al año siguiente en forma de mini-elepé
por el sello Tres Cipreses bajo el título genérico de ‘Buen
Ser-vicio’. A pesar de que este trabajo estuvo producido por Esteban
Torralva y el propio grupo, un nefasto prensaje del vinilo imposibilitó
que aquél lograse reflejar la crudeza real de su directo; aunque piezas
como ‘En el infierno’, ‘El baile de la muerte’, la
particular versión del ‘Fever’ de Elvis Presley y otros
temas innovadores como ‘La planta’ se convirtieron rápidamente
en objeto de culto. Asimismo, la erótica cubierta del nuevo disco -que
rezumaba literalmente sexualidad dura- tampoco pasó desapercibida para un
público que en 1985 agotó rápidamente la primera y única tirada
de aquel trabajo.
Un
año después, en 1986, Desechables registró su primer elepé
de estudio: ‘Nada que entender’; un trabajo especialmente
brillante producido por Ángel Altolaguirre (Negativo, Dinarama...)
que tardaría un año en ser publicado bajo el sello de Radio Nacional
de España. Así, en 1987 también se extraería un single del
álbum con el tema ‘Ábreme’ y una revisión de ‘La
planta’, aunque la nimia distribución de aquellos trabajos
imposibilitó el despegue definitivo de la carrera de la banda.
El
año 1988 supuso un gran cambio en la filosofía de Desechables.
El grupo se ampliaba con la incorporación por primera vez en su
trayectoria de un bajista, Jack; además Ángel Altolaguirre
y Charly entraban como miembros fijos del combo. De esta forma Desechables
registraba para el sello Grabaciones Interferencias de Zaragoza
el elepé ‘Amor Pirata’, sin duda, un trabajo más
profesional y elaborado que lo anteriores. De este álbum destacaron temas
como la versión de Otis Blackwell ‘Labios ardientes’, su clásico
‘Vampiro’ o la rabiosa ‘Fuera de la ley’, y de él
se extrajo un single con los temas ‘Es peligroso’ y ‘Amor
Pirata’, las canciones más fácilmente digeribles del mismo. Además,
el grupo contó con la colaboración guitarrera de dos primeros espadas rockeros
como Jaime Stinus y Javier Castro. Por primera vez Desechables
se vio presente en una lista de radio-fórmula comercial, aunque
tan sólo fuese durante una semana. Poco después Altolaguirre
abandonará el combo para dedicarse en exclusiva a su propio proyecto, Ángel
y Las Güays, siendo finalmente sustituido por Raúl.
Paradójicamente,
con la consolidación de la profesionalidad comenzó a declinar el espíritu
de la banda, que pronto encontró a sus miembros disgregados entre Barcelona
(caso de Tere, Jack y Marcelo) y Zaragoza (Pei,
Charly y Raúl) reuniéndose sólo para ensayar en ocasiones
muy puntuales. Además, su cantante comenzaba a desarrollar una firme
carrera como modelo publicitaria y actriz, rodando por aquellas fechas el
largometraje ‘Un negro con saxo’, del cineasta Francesc
Bellmunt. Por su parte, Marcelo formó su propia banda, Marcelo
y Las Locas. De esta forma, antes de concluir la década de los 80,
Desechables acabó desapareciendo ante los nuevos proyectos vitales
y profesionales de sus componentes. Algún tiempo más tarde Tere
Desechable regresó a los escenarios y emprendió una prolífica
trayectoria musical al frente de Raiser, una banda de rock duro
conformada por ex componentes de grupos punks como Wom-A2, Último
Resorte y GRB con la que registró un puñado de discos durante
los años 90.
Una
década más tarde de la disolución de Desechables el grupo vería
reeditados sus primeros discos por el sello independiente Monster,
destacando especialmente la nueva edición del álbum ‘Golpe tras
golpe’, que incluyó los temas de su primera maqueta
publicada y contó con un excelente libreto firmado por el periodista Jaime
Gonzalo (Ruta 66). Esta pequeña disquera también llegó a
publicar en el año 2000 el picture disc de edición
limitada ‘Destruye y mata’, un tributo a Desechables en
el que participaron bandas como Safety Pins o Lobos Negros
entre otras.
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