Pablo
Martínez Vaquero
Fahrenheit
451 fue uno de los
grupos más interesantes de la segunda hornada de bandas surgidas durante la
movida madrileña. Músicos eficaces e imaginativos, lograron crear
temas brillantes (‘Taxi al aeropuerto’, ‘Ojos a tu
alrededor’...) que jamás fueron aprovechados de forma correcta por
la industria discográfica.
Fahrenheit
451 se formó en Madrid,
en 1980, alrededor de Jorge Grundman Isla, un joven que
parecía fascinado por las estructuras musicales de los neozelandeses Splitz
Enz y el pop electrónico de Brian Eno. La crítica
especializada les alineó pronto en la vertiente ‘culta’ del pop
capitalino, junto a otros grupos como Alphaville o La Mode,
aunque que los textos de Fahrenheit 451 nunca fueron tan
pretenciosos como los de aquellos, repletos de citas y de cultismos. Quizás,
esta clasificación se deba a que su nombre era una alusión directa a la
temperatura en la que arde el papel, leitmotiv de la novela de
ciencia-ficción de Ray Bradbury que inspiró la película, de título
homónimo, de François Truffaut.
Grundman,
el líder de Fahrenheit 451, había comenzado a crear música con
14 años, formándose como pianista en el Real Conservatorio Superior
de Música de Madrid, siendo poseedor de una gran técnica
instrumental poco habitual entre los grupos de aquella época. Poco después
de agruparse como cuarteto, el grupo graba una primera maqueta que llega a
las manos de un entusiasta Paco Martín, quien logra que F-451
se convierta en el primer grupo que se presenta en El Jardín, uno
de los locales de conciertos míticos de la nueva ola madrileña.
Las siguientes demo-cassettes del cuarteto fueron programadas con
cierta asiduidad en emisoras madrileñas como Onda 2, aunque,
inexplicablemente, fueron rechazadas por las discográficas.
Sin
duda, 1983 fue un buen año para Fahrenheit 451. Por aquella
época, el recién creado sello independiente MR de Paco Martín
editaba la canción ‘Taxi al aeropuerto’ en el álbum
recopilatorio de bandas madrileñas ‘Maquetas’, publicando a
renglón seguido un maxi-single dedicado en su integridad al grupo.
‘Taxi
al aeropuerto’, una
bonita joya de pop electrónico y pegadizo, brillaba con luz propia en un
álbum recopilatorio de maquetas de bandas muy distintas entre sí (los
siniestros Último Sueño, los rockeros Bulldog, los
futuristas Aviador Dro, los poperos Pistones y Modelos...)
y sirvió para dar a conocer a la banda a nivel estatal. Poco después se
editó un maxi-single con cuatro cortes (‘No va a suceder’,
‘Suerte’, ‘En este preciso instante’ y ‘Mañana sí
lloverá’), un excelente trabajo de pop elegante, bien construido y
arreglado, en el que destacaba la excelente y limpia voz de su cantante.
Si bien, se echaba en falta algún tema que tuviese el mismo gancho
comercial que el editado en el álbum de maquetas.
Hubo
que esperar todo un año para que los aficionados volviesen a oír algo
nuevo de Fahrenheit 451, y el esperado regreso se produjo -de
nuevo- a través de un disco recopilatorio, el álbum ‘MR 447 39
10’, que incluía la vibrante ‘Ojos a tu alrededor’, sin
duda alguna el momento cumbre del cuarteto. Pero lejos de consolidarse
como uno de los productos con más futuro del pop estatal, el grupo acabó
disolviéndose ante la impotencia del sello MR para explotar
adecuadamente el potencial del ya sobrecargado (e irregular) cartel de
grupos que ya tenía en cartera.
En
1985 Jorge Grundman reaparecería en primera línea del pop
estatal con Trópico de Cáncer, un dúo de refinado pop electrónico
que llegó a ver editado por la multinacional Virgin (recién
aterrizada en España) un lujoso trabajo discográfico. De nuevo, las
referencias literarias contemporáneas (su nombre homenajeaba al título
de la primera novela de Henry Miller) y el buen gusto musical -para
nada reñido con la comercialidad- se alzaban como la seña de identidad
del proyecto musical de Grundman. Pero, sorprendentemente, el músico
madrileño decidió romper relaciones con la industria discográfica aquel
mismo año, entregándose con posterioridad a la composición de música
clásica, new age y música experimental en formato MP-3.
En
la actualidad (2002), Jorge Grundman Isla es compositor y
profesor en la Universidad Politécnica de Madrid.
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