por
Itxu Díaz (Director Popes80.com)
"Martes y Trece tuvieron el detalle de responder a las demandas de
sus fans cuando pedían su regreso, siempre han comprendido que sin esa gente que se monda de risa con ellos sus carreras habrían sido muy diferentes.
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11.000
personas son mucha gente. Demasiada como para seguir mostrando absoluta
indiferencia. Hay que dar una respuesta, o al menos, sería justo hacerlo.
La
separación de un grupo siempre es traumática. A veces irreversible. Los
años de rosas y risas en la carretera que tanto unen acaban por
convertirse en años de sudores y espinas. Las dificultades personales
arañan el corazón del grupo. Todo suma y resta: las vanidades, los
celos, las diferentes concepciones sobre la música y el arte, o incluso
sobre el negocio, que también lo es.
Por
si fuera poco el tiempo acentúa algunas cosas y diluye otras. A veces
esto sirve para limar asperezas y perezas, otras veces para
engrandar pequeñas niñerías sin importancia.
Para
colmo, tanto Ana como Nacho cosechan éxitos o prometen cosecharlos en sus
diferentes proyectos. Cada uno ha elegido el camino deseado, como debe ser,
pero ¿se debe olvidar el camino recorrido? ¿Han logrado llegar hasta
donde están gracias a su
carisma y buen hacer artístico o las lágrimas y aplausos emocionados de
cientos de
fans han tenido algo que ver en todo el camino de éxitos?
No
podemos exigirles su regreso. Ana, Jose y Nacho saben mejor que nadie cual
es su situación y cuales son sus posibilidades reales. Y también a
qué retos desean enfrentarse.
En el mismo terreno del arte, que no de la
música, tenemos el ejemplo reciente de los humoristas Martes y Trece.
Ahora hemos sabido y confirmado el enorme deterioro de sus relaciones
personales en los últimos años de su carrera como dúo de humor. ¿Quién
podría pensarlo con lo mucho que hacían reír?
Ellos han prometido que
no volverán nunca. Tal vez ahí se han equivocado. Martes y Trece ya no
existe y cada uno de ellos afronta su nueva realidad profesional con la
ilusión de un niño desde su separación. Pero no deberían aventurar lo
que sucederá mañana. Quizá las aguas se calmen y la madurez haga ver
las cosas de otra manera o se presente una oportunidad única... y se
verán en una controvertida situación. Sin embargo, sí debemos
reconocerles que tuvieron el
detalle de responder a las demandas de un amplio sector de fans cuando
estos pedían su regreso. Siempre
han dado una respuesta. En mi opinión equivocada o exagerada, pero
siempre han comprendido que sin esa gente que se monda de risa con ellos
sus carreras habrían sido muy diferentes.
Sirva
el ejemplo de Josema Yuste y Millán Salcedo para romper una lanza en
favor del respeto y comprensión hacia el grupo que no desea volver a juntarse.
Pero sirva también el ejemplo para hacer
entender a Mecano que el público necesita una respuesta. Un sí o un no.
No hablamos de un supuesto público escondido, ni de una treintena de
nostálgicos o fanáticos. Hablamos ya de más de 11.000 firmas. Y la
cifra continúa en aumento. Y no sabemos si volverán a los escenarios, ni
por qué, ni cuando, ni cómo. No responder puede interpretarse por
algunos seguidores
de Mecano como una falta de respeto. Como un terrible olvido de la razón
de ser del camino recorrido hasta hoy.
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