por
Itxu Díaz (Director Popes80.com)
"Y como sillones de piel para posaderas equivocadas, y rascacielos
lujosos llenos de termitas, hay unos cuantos en España y ya llevamos
tiempo sufriéndolos, no hemos querido manchar divertidas hazañas
informativas del pasado por denunciar la actitud de unas personas muy
concretas" |
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Ha traído cola, y mucha cola, el
comunicado que los miembros de la dirección de Popes80 hicimos público
hace algunas semanas demandando una serie de libertades que no son más que
el principio más básico del periodismo del siglo XXI. Y digo que ha traído
cola por la cantidad de mails recibidos, especialmente de los lectores,
pero también de artistas y amigos.
Algunos lectores se mostraban
indignados porque en el comunicado no citábamos casos concretos, "nombres"
concretos, de quienes habían intentado poner trabas al trabajo informativo
de Popes80 en los últimos tiempos o de quienes habían pisoteado un poco
nuestro cuello, no sea que crezcamos. Otros, quizá la mayoría, nos
trasladaban su apoyo, solidaridad y cariño una vez más.
Pero es que además hay gente, de lo más
variado de la industria musical, que se ha puesto nerviosa. Nos han
llamado, se han interesado, han tratado de mejorar los lazos habituales
que nos unen y un sinfín de reacciones inesperadas. Abierta la caja de
truenos todo el mundo cree estar debajo de la tormenta. ¿Por qué sucederán
estas cosas tan extrañas?
Volviendo a las demandas de los
lectores más indignados por nuestra actitud, debo confesar que les doy
toda la razón. Desde mi humilde concepción del periodismo entiendo que si
uno cuenta que alguien está portándose mal con este portal debe dar
nombres, apellidos y hasta el DNI del sujeto si aporta algo. El único
problema es que nuestro comunicado-denuncia no es otra cosa que un "hasta
aquí hemos llegado". Un toque de atención a quienes se creen algo sin ser
lo más bajo del estrato propagandístico de algún proyecto cutre sin
futuro, sabedores de que siempre podrán recurrir a la fotografía del
sillón de piel y la cristalera que cuelga sobre Madrid, para justificar
precisamente su incompetencia. Nada más que eso. Y como sillones de piel
para posaderas equivocadas, y rascacielos lujosos llenos de termitas, hay
unos cuantos en España y ya llevamos tiempo sufriéndolos no hemos querido
manchar divertidas hazañas informativas del pasado por denunciar la
actitud de unas personas muy concretas.
En resumen, el comunicado era sólo un
toque de atención. Y es bastante y suficiente. A día de hoy tenemos la
certeza de que el mensaje ha llegado a su destino y ahí termina la hazaña.
El comunicado, advertía, que en adelante el comportamiento de Popes80
hacia quienes traten de dificultar la libertad de que gozamos en el
desempeño de nuestra labor, o más aún, a quienes traten de envenenar con
cinismo y otras desperdicios las buenas relaciones que tenemos con la
práctica totalidad de los artistas, medios, agencias y discográficas desde
hace casi seis años, les espera en este portal nuestra más agradable
bienvenida. Y la bienvenida de nuestros lectores más fieles, que sí
podrán a partir de ahora conocer quién o quienes está tirando piedras
contra su portal preferido. Porque el silencio, en un medio de
comunicación, nunca es una opción. Si acaso, a veces, una obligación o
imposición.
Pero la denuncia de Popes80 puede
llevar a engaño a algunos lectores, en vista de lo que nos cuentan en los
mails recibidos. El comunicado y la denuncia que hicimos lo provocan unos
sujetos que son una mínima parte del mundillo musical y que obran con
nosotros exactamente al contrario que la gran mayoría. Una mínima parte
que me temo que está en el mundo de la música como podría estar en el del
automovilismo, en la selva ayudando a la recogida de plátanos o dirigiendo
el tráfico (de coches, se entiende).
De todas formas, una vez más, sólo nos
resta agradecer a todos los que nos han mostrado su respaldo y solidaridad
en este pequeño incidente. Que no es agua pasada porque no es ni agua. Y,
los más alarmistas, que no se preocupen, que en Navidad nos abrazamos
todos y está a la vuelta de la esquina.
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