por
Itxu Díaz (Director Popes80.com)
"Del Gran Hermano del Océano Atlántico, que desvela sus secretos a ritmo de la música de baile del Playa Club" |
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En
mi ciudad está socialmente prohibido, por convención, exaltar los
valores de lo propio. Sin embargo, se miran con muy buenos ojos las
bendicioes y loas a lo ajeno. Pero a mí este tipo de convenciones...
Rimas
aparte, La Coruña cuenta con una de las discotecas más lujosas de toda
España. No por su decoración, ni por estar plagada de grandes figuras
del deporte -hace tiempo que las estrellas del Deportivo son sólo cometas
y depositan su larga cola en otros enjambres estelares, menos iluminados
por la indiscreta luz de la luna-. Tampoco por su elevado precio -irrisorio en
comparación con otros puntos de referencia nocturna nacionales- ni por
ninguna de las circunstancias que habitualmente rodean a las discotecas
'de lujo'. Simplemente, la mayor singularidad del Playa Club es recibir la
salitre del mar en sus ventanales, que desembocan a la intimidad
misteriosa del Atlántico.
Apenas
cuatro metros separan a la discoteca de la arena de la Playa de Riazor.
Allí donde la orilla coquetea con las rocas de la costa se ofrece cada
noche una singular versión del Gran Hermano. Del Gran Hermano del Océano
Atlántico, que desvela sus secretos a ritmo de la música de baile del
Playa Club. De no ser por los sofisticados juegos de luces y flashes de la
sala, el Playa se vería vigilado por las ráfagas fugaces que brotan toda
la noche desde lo alto del faro de la Torre de Hércules, en la otra
esquina de la costa coruñesa.
Esta
particular situación del Playa Club dota a la sala de una elegancia
suprema, de un lujo innato que se sumará después a las virtudes que
logre alcanzar como discoteca.
La apuesta decidida por la música de
calidad de la mano de los más cultos e independientes djs de la ciudad,
evita que su 'glamour' se empobrezca. Gracias a su exigente selección
musical el Playa Club no es un chiringuito playero. Precisamente por
su ubicación la sala ha contado siempre con todos los boletos para
convertirse en referente ibérico de lo hortera. Por suerte y gracias a
las convicciones musicales de quienes gobiernan el barco, la música de
los triunfitos y el 'regatón' (queda mejor mal escrito) tiene prohibida
la entrada en la sala. Así que no habrá chiringuito.
Para
algunos, esta calidad musical se vuelve excesiva en ocasiones. Resulta
difícil marcar las barreras de lo que puede y no puede sonar en una
discoteca. Sin embargo, en los últimos tiempos, desde el Playa están
logrando el equilibrio -tanto en la música que pinchan, como en las
actuaciones- entre los diferentes estilos, épocas y nacionalidades.
Ahora
nos anuncian una apuesta por grupos ilustres el pop español que viene
representada por la próxima actuación tres grandes bandas: Cooper, Los
Secretos y Fangoria. Completamente diferentes, los tres representan casos
de madurez musical, historia y sobre todo, buenas canciones, muy buenas
canciones.
Buenas
canciones, que a la luz de la luna, a la brisa del Atlántico y a pie de
orilla suenan mucho mejor aún. Y se vuelven eternas.
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