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Popes80 | 2 noviembre, 2024

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En busca de la canción perfecta

En busca de la canción perfecta
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Encontrar la canción perfecta es un viejo anhelo de todos aquellos que se dedican a la música y, por supuesto, el sueño dorado de cualquier discográfica. Los expertos aseguran que, desde un punto de vista científico, no es imposible. A lo largo de las últimas décadas, varios matemáticos, compositores e informáticos han unido esfuerzos para encontrar la fórmula mágica del éxito musical obteniendo distintos resultados en sus experimentos. Todos ellos parecen demostrar algo que abre la puerta a un nuevo concepto de industria discográfica: el valor estadístico del gusto musical.

Un experimento fallido

Loren Jan Wilson es el líder de The Heaven Seventies, un grupo americano conocido en Chicago por sus frenéticas actuaciones, en las que con frecuencia consiguen que todo el público se ponga a bailar al ritmo de sus canciones. En paralelo a su actividad musical, Wilson desarrolla su carrera profesional como ingeniero informático en la Universidad de Chicago. Hace algunos años decidió fundir ambas ocupaciones en un proyecto de investigación cuyo objetivo era componer la canción perfecta.

El método empleado por Wilson es sencillo. Recogió las opiniones de miles de críticos musicales, utilizando como fuente Pitchfork, una de las webs de referencia del mundo de la música independiente. Posteriormente desarrolló un programa para analizar estadísticamente esos datos y transformarlos en un conjunto de pautas musicales que finalmente utilizaría para componer la mejor canción de la historia. Así fue como grabó dos supuestas “canciones perfectas”: «Rissing God» y «I am Already Dead».

El resultado de su experimento fue tan desastroso que numerosos aficionados a la música indie acusaron a Wilson de haber realizado toda su investigación con el único objetivo de poner en evidencia los gustos y opiniones de los críticos del magazine musical Pitchfork. Wilson tuve que defenderse de estas acusaciones: “Leo Pitchfork desde hace años y me parece una buena revista para conocer nuevos grupos. No odio Pitchfork, ni me parecen peores después de mi investigación”. El artista justificó la discutible calidad musical de «Rissing God» y «I am Already Dead» remarcando que se trataba de un experimento “puramente científico”.

La canción más buscada

Los artistas pictóricos Vitaly Komar y Alex Melamid trabajaban en un proyecto con el que pretendían conseguir “el cuadro perfecto”, cuando decidieron extender su aventura también a la música, contando con la ayuda del compositor Dave Soldier. Así nació «The Most Wanted Song», una canción que, según sus creadores, “debería gustarle al 72% de la humanidad”. Para redondear su investigación, Komar, Melamid y Soldier grabaron también «The Most Unwanted Song», un tema musical insoportable para el oído humano, que le gustará a menos de 200 personas en todo el mundo. Ambas canciones están a la venta en iTunes.

Dave Soldier defiende el éxito de su experiencia: “La nuestra es la mejor canción de la historia y, estadísticamente, vendería más copias que ninguna canción antes producida”. El compositor de «The Most Wanted Song» está convencido de que al “72 % de la población mundial le gustará su canción”.

La subjetividad vuelve a ser el obstáculo más difícil de salvar en la búsqueda de la canción perfecta. La opinión de los críticos musicales no siempre coincide con la de la mayoría de la población. Sin embargo, Dave Soldier tiene claro el “éxito razonable” de su experimento: “A todos los críticos les gusta nuestra «Most Wanted Song» y ninguno de ellos soporta «The Most Unwanted Song», excepto los mentirosos que no quieren admitir que tienen el mismo gusto que el resto de los mortales”.

Dave Soldier cree que los artistas y las discográficas ya han comenzado a aprovechar lo que la ciencia puede aportar a la creación musical, “Los viejos compositores como Beethoven, Chopin, Bach, Ravel, Duke Ellington, Bill Monroe o James Brown sólo podían valerse de sus gustos, y esto les impedía componer algo que pudiera adaptarse fácilmente a la voluntad general”, explica el compositor, “pero ahora, utilizando estadísticas y análisis, estamos en condiciones de hacer mejor música”.

La búsqueda española

La iniciativa de la empresa española Polyphonic HMI dio la vuelta al mundo. Hace algunos años crearon el programa informático «Hit Song Science», que encuentra en las canciones los patrones y características que las convierten en éxitos potenciales. Después de predecir los éxitos de artistas como Norah Jones, Ben Novak o Mika, la tecnología de «Hit Song Science» obtuvo fama internacional y Polyphonic HMI se convirtió en el grupo Music Intelligence Solutions, que actualmente ofrece soluciones a las necesidades de discográficas y artistas de todo el mundo.

Jimena Llopis, Directora General de Music Intelligence Solutions, explica el funcionamiento de su tecnología: “El sistema patentado tiene 3 componentes principales: el análisis de la onda musical en sí misma, un sistema de aprendizaje supervisado, y un sistema de aprendizaje no supervisado. Esto permite detectar agrupaciones o blasters de canciones de éxito. Hay algunos blasters que son universales, pero cuando llega una nueva canción, se puede ver si está cercana a alguna de estas agrupaciones, o si está generando una nueva tendencia”.

«Hit Song Science» no pretende encontrar la mejor canción de la historia, sino la mejor canción de hoy, o de un tiempo determinado. “El concepto de mejor canción es relativo”, explica Jimena Llopis, “lo importante es que la potencialidad de las canciones está asociada a un tiempo y a un contexto. Nuestro sistema es capaz de ver cuándo se está formando una agrupación nueva, es decir, cuándo se está generando una nueva tendencia”. Por otra parte, permite conocer si una canción pasará a la historia o si será sólo un éxito fugaz, ya que “es capaz de medir la potencialidad de que una canción permanezca en el tiempo”, aclara la responsable de Music Intelligence Solutions.

La tecnología de «Hit Song Sciece» no está sólo dirigida a las grandes discográficas, también los pequeños artistas pueden acceder a ella para encaminar su carrera: “por 90 dólares, un artista independiente puede analizar hasta 15 canciones, y además tiene 2 gratis”. En cambio, “los informes profesionales para discográficas son otro orden de magnitud”, matiza Jimena Llopis.

Las investigaciones de Vitaly Komar, Alex Melamid, Dave Soldier o Loren Jan Wilson pretenden saciar viejas aspiraciones científicas, mientras que los hallazgos de Music Intelligence Solutions se enmarcan más bien en el proyecto profesional de un grupo de emprendedores que en muy pocos años pueden cambiar las reglas del mercado discográfico. Todos los citados, sin embargo, tienen algo en común: van en busca de la mejor canción. Pese a todo, sean cuales sean sus conclusiones científicas y su selección musical resultante, todos están de acuerdo en que el público, el elemento menos previsible de la cadena, siempre tendrá la última palabra.

Tras los avances en los últimos años a través de algoritmos y primeros escarceos con la IA, hoy el desarrollo de este tipo de aplicaciones está de moda en todo el mundo, sin que todavía hayamos encontrado una fórmula realmente fiable para predecir la próxima canción de éxito mundial.