P.
M. V.
A
finales de 1983, después de dejar su huella en formaciones de pop
eléctrico como Glamour, Tomates Eléctricos y Última
Emoción, el teclista valenciano José Luis Macias dedicó sus
sintetizadores a emprender una nueva singladura musical en su ciudad bajo
el nombre de Comité Cisne. Para ello contó con un por entonces
jovencísmo Carlos Goñí, exlíder de un trío rocanrolero de Alicante
llamado Garage con el que había llegado a grabar dos single
alrededor de un año antes. Goñí, además de ser un excelente
guitarrista, era dueño de una poderosa voz que sin duda
fue uno de los mayores atractivos de un trío que se completaba con
Remy Carreres (también excomponente de Glamour) al bajo, y Lino
Oviaño (Última Emoción) como responsable de las
programaciones rítmicas del grupo. Con un directo tan potente como pulcro
y elegante, el cuarteto se mete al público valenciano en el bolsillo,
viendo editado en 1985 ‘Dulces horas’, un maxi-single
repleto de intensidad emocional que conquista al público por su
contundencia y el atractivo de sus melodías y arreglos. Un año después,
tras la marcha de Oviaño, el ya trío ve editado su primer álbum
por el sello discográfico Intermitente, ‘Comité Cisne’, un
trabajo de 6 cortes que contiene verdaderos cañonazos de rock eléctrico
como ‘Balas de tranquilidad’ o ‘Morir en el asfalto’.
Un año más tarde, tras experimentar un nuevo cambio de formación se
publica un segundo LP de 6 temas, ‘El final del mar’, donde sin
duda destaca el tema ‘Ana Frank’. Tras la publicación ese
mismo año del EP ‘Tres canciones de Lou Reed’, ya en 1988
sale a la venta su tercer álbum, ‘Beber el viento’, otro
alegato de fuerza refinada que contiene momentos memorables como su tema
homónimo o ‘Lluvia de Noviembre’. Pero Carlos Goñi se
siente encorsetado en el formato de Comité Cisne y decide
abandonar el combo junto a Rafael Picó (en ese momento batería
del grupo) para comenzar a proyectar Revolver, una banda que años
después le llevaría a lo más alto del pop español.
Tras
el abandono de Goñi, Comité Cisne parece entrar en un cierto
letargo, hasta que Macías decide retomar la carrera discográfica
del grupo. Así, en 1990, el exteclista de Glamour, junto a Jesús
Astorga (voz), Goyo Esteban (guitarras) y su fiel Remy
Carreres al bajo, realiza un álbum de 11 temas para BMG/Ariola
producido por C. M. Wensell, un trabajo titulado de forma genérica
como ‘Instinto’ y en el que destacaban canciones de rock
intenso y eléctrico como ‘Nunca’, ‘Hay una ciudad’
o ‘Rómpeme’. A pesar de su gran calidad, el nuevo trabajo no
obtiene la misma repercusión pública que los trabajos anteriores, y se
convierte en el último canto del Comité Cisne.
Años
después, a finales de la década de los 90, ‘Balas de
tranquilidad’ empieza a verse incluida en recopilatorios discográficos
de pop español, siendo recogida además en el álbum antológico de
grupos valencianos de los 80 ‘Piyamarama’, un CD editado
por Nena, el sello discográfico de Carlos Goñi, que también
recuperó en este nuevo formato los primeros trabajos de la banda
valenciana.
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