Las voces de Nino Bravo, Antonio Vega y Enrique Urquijo alertan del peligro de la IA para la música
En los últimos meses se han multiplicado las posibilidades creativas de la IA a partir de imitación de modelos, ya sean artísticos, literarios, o incluso de voces. En un terreno que todavía está pendiente de regular en todo el mundo, desde POPES80.com hemos querido llamar la atención sobre el peligro que supone para la industria musical y los artistas la llegada de esta tecnología fuera de control y al alcance de cualquiera, pidiendo a varias aplicaciones de IA que clonaran la voz de algunos de nuestros grandes artistas, varios de ellos ya desaparecidos, como Nino Bravo, Enrique Urquijo, o Cecilia.
Tras experimentar con diferentes plataformas, hemos obtenido resultados asombrosamente realistas cuyo uso apenas queda restringido por una cláusula de uso legal fácilmente vulnerable. Se trata de sistemas de IA que ya están adaptados también para clonar voces en español, incluso replicando acentos regionales.
Para la muestra que hoy ofrecemos, hemos tomado muestras de varios artistas leyendo textos similares en inglés, en aplicaciones de IA que no contemplan aún el uso del castellano pero que están ya a disposición de cualquiera de modo gratuito. Una de ellas llega aún más lejos, pues permite -esto sí, de pago- la clonación de voces cantando y su posterior integración con música nueva o preexistente. Para ofrecer una idea de las posibilidad, con esta herramienta se podría escuchar en la voz casi indistinguible de Lola Flores una canción de Metallica.
A continuación puedes escuchar la muestra que hemos generado con IA, que incluye las voces de Miguel Bosé, Nino Bravo, Cecilia, Enrique Urquijo, y Antonio Vega por este orden, recitando un texto automático de prueba en inglés:
No todo son malas noticias
Sin duda, la expansión de esta tecnología y sobre todo su accesibilidad universal puede plantear infinitos problemas a los creadores y hacer un nuevo agujero en el mercado de la industria musical; no obstante, no todo son malas noticias. Los grupos y artistas también podrían beneficiarse de esta tecnología para generar duetos imposibles con artistas que ya no están, siempre y cuando alcancen los derechos necesarios para llevar a cabo el proyecto.
Si bien es cierto que estas aplicaciones están disponibles para cualquiera de forma gratuita, las que mejor trabajan y más cantidad de acentos y matices permiten -y las que mejor clonan una voz propuesta- son todavía de pago, y aquellas que permiten clonar voces de cantantes e incrustarlos en otras canciones, si buscas un resultado de cierta calidad, no solo hay que pagarlas sino que a día de hoy sus precios son exorbitantes.
Un riesgo cercano
Habrá quien crea que ya no vivirá para ver esta nueva crisis de la industria musical. En realidad, sí. La proliferación de aplicaciones en los últimos meses está siendo espectacular, y al igual que ocurrió con ChatGPT su proliferación irá acompañada de la aparición de versiones gratuitas cada vez más completas y elaboradas.
No es algo futurista ya imaginar un próximo videoclip de un nuevo single de algún artista difunto, en el que su voz y su imagen resulten plenamente creíbles y sitúen tanto a los fans, como a los herederos y propietarios de los derechos de imagen y de las canciones ante un escenario complejo, y ante un debate necesario sobre los límites éticos del empleo de la IA.
Habrá quien alegue que siempre ha habido imitadores, algunos casi perfectos, pero de nuevo esta tecnología será, en primer lugar, de una perfección realmente indistinguible muy pronto -ya lo es en determinadas circunstancias y con determinadas aplicaciones-, y por otra parte, a menudo los imitadores conforman un colectivo profesional propio que, como en cualquier otro, se rige por ciertas normas y cierta ética laboral. No será el caso de la IA que, en manos de cualquiera, podrá o no respetar esas mínimas consideraciones.