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Popes80 | 26 abril, 2024

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Málaga vibró con el 1980 Pop Festival

Málaga vibró con el 1980 Pop Festival
Francisco Reina

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Valoración
8.5
8.5

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Málaga vibró con el 1980 Pop Festival, que en este caso (suelen variar algunos artistas de una ciudad a otra) contó con Mikel Erentxun, Javier Gurruchaga, Carlos Segarra, Rafa Sánchez y Luis Bolín, de La Unión; y Vicky Larraz.

La sala París 15 se llenó para recibir a estos ilustres de los 80, que repasaron algunos de los temas más emblemáticos de la década dorada del pop español. Los presentes disfrutaron de lo lindo con un espectáculo de tres horas y media.

Con una banda base muy solvente, Nuevo Plan, que acompañó a los citados y, a su vez, tocó temas de otros artistas de los 80, el concierto discurrió ya desde el inicio por la senda de la fluidez. Abrió Carlos Segarra, líder de Los Rebeldes, con Mi generación y Eres especial, que dedicó a las féminas, insuflando la energía del rock and roll made in Spain.

Nuevo Plan interpretaban Rey del glam, de Alaska y Dinarama, recientemente versionada por Loquillo, y daban paso a Mikel Erentxun, muy aplaudido, que tocó Mañana y Veneno, de su etapa como solista; y Cien gaviotas, himno de Duncan Dhu, que hizo las delicias del respetable.

La banda, que incluía una estupenda sección de metales, rescató para la ocasión Rufino, de Luz Casal, que precedió a Javier Gurruchaga. El polifacético líder de la Orquesta Mondragón, acreditado showman, arrancó con un clásico, La ciudad donde vivo, compuesto por Sabina, con un guiño inicial a Satisfaction, de los Stones; y otro tema más añejo y furioso, Caperucita feroz, del gran Luis Alberto de Cuenca.

En el ínterin, Nuevo Plan dejaba Pacto entre caballeros, un clásico de Sabina. Por su parte, Vicky Larraz traía a la palestra Bravo samurái, de Olé Olé, con el ímpetu de los 80. Proseguía la banda con sendos clásicos: Insurrección, de El Último de la Fila; y Sufre mamón, de Hombres G, que fue muy celebrada.

El carismático Rafa Sánchez y Luis Bolín, voz y bajista de La Unión, respectivamente, recuperaban dos gemas de su repertorio, Maracaibo y Vuelve el amor, en tanto que una de las coristas de Nuevo Plan ponía el momento intimista de la noche con Me cuesta tanto olvidarte, con el teclado; e Hijo de la luna, a dúo con la otra corista, de Mecano.

Aún sonarían otros himnos ochenteros, tales como No controles, de Olé Olé, por boca de Vicky Larraz; Esos ojos negros, Una calle de París, Jardín de rosas y En algún lugar, de Duncan Dhu, por Mikel Erentxun, a solas con su guitarra; la festiva Viaje con nosotros, de La Orquesta Mondragón, por Javier Gurruchaga; Lobo hombre en París, de La Unión, con Rafa Sánchez ralentizando el ritmo de la canción y cautivando a sus seguidores con sus poses; y Mediterráneo, Bajo la luz de la luna y Mescalina, de Los Rebeldes, por Carlos Segarra, que dedicó esta última a su amigo Javier Ojeda, líder de Danza Invisible.

Entretanto, Nuevo Plan continuó versionando clásicos, como Santa Lucía, de Miguel Ríos, momento en que la sala se inundó de móviles que hacían las veces de mecheros; Sabor de amor, de Danza Invisible; El ritmo del garaje, de Loquillo y Trogloditas; El mundo tras el cristal, de La Guardia; o Ni tú ni nadie, de Alaska.

Un repertorio muy variado, al que pusieron la guinda con Cadillac Solitario, de Loquillo y Trogloditas; y, ya en la despedida, Venecia, de Hombres G.